Curtiduría Chouwara

La curtiduría Chouwara compone, junto con las demás curtidurías, uno de los panoramas más pintorescos a la par que malolientes de la ciudad.

La curtiduría Chouwara es la más extensa de las cuatro curtidurías tradicionales que continúan con vida en el corazón de la Medina Fez el-Bali. En ellas, infinidad de fosas repletas de tintes naturales componen un colorido paisaje mientras se encargan de la producción y coloración del cuero del cordero, el buey, la cabra y el camello.

Proceso de elaboración del cuero

El primer paso que se realiza en las curtidurías tradicionales es introducir las pieles en enormes cubas repletas de cal y excrementos de paloma, donde se dejan en reposo durante varios días.

Posteriormente se retiran los restos de pelo que queden adheridos a la piel y se procede a la coloración de las piezas introduciéndolas en grandes cubas rellenas de tintes naturales de diferentes colores.

Una vez que las pieles se encuentren coloreadas y secas, pasarán a manos de los artesanos que se ocuparán de transformarlas en elaborados bolsos, maletas, zapatos y abrigos para la venta al público.

Espectáculo de colores y olores

Las curtidurías se encuentran rodeadas de tiendas con terrazas desde las que se puede observar el duro trabajo de los artesanos. A la entrada de ellas se entregan pequeños ramilletes de menta que a duras penas sirven para mitigar el nauseabundo olor que invade los alrededores de la curtiduría.

A pesar del hedor insoportable, la curtiduría Chouwara ofrece una de las imágenes más representativas de la ciudad y es imprescindible visitarla para conocer Fez.

Como pago por la asistencia al dantesco espectáculo es muy común que traten de vender alguna pieza de piel a los turistas, aunque con una pequeña propina quedarán satisfechos.